Antonio G., empresario de 58 años, avaló personalmente varios préstamos para salvar su empresa familiar, una SL del sector construcción con sede en Barcelona. Cuando la sociedad entró en concurso de acreedores, él quedó atrapado con una deuda personal de 4.900.000 euros.

La presión era insostenible: embargos, llamadas de bancos y una situación emocional límite. Antonio acudió a nuestro despacho de abogados especializado en la Ley de Segunda Oportunidad en Barcelona en busca de una salida.

Estudiamos su caso, demostramos su buena fe y su insolvencia, y activamos el proceso legal para solicitar la exoneración de sus deudas como avalista. El resultado: el juzgado le concedió el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), liberándolo de esa deuda millonaria.

Hoy, Antonio ha recuperado la estabilidad y puede mirar hacia el futuro sin miedo.

Si te encuentras en una situación similar, nuestro equipo de abogados expertos en la Ley de Segunda Oportunidad en Barcelona puede ayudarte a empezar de cero.